dimarts, 8 de març del 2016

Feliz Día del Hipócrita

Hoy 8 de marzo es el Día de la Mujer Trabajadora. Hoy no celebramos nuestro sexo, no celebramos nuestro género, no queremos que nos felicitéis como "a la persona que hace mis días mejores" o como "a esas maravillas de la naturaleza". No. Hoy lo que menos queremos es que nos felicitéis: lo que queremos es que luchéis a nuestro lado, que es al fin y al cabo de lo que se trata hoy, de visibilizar la lucha que tantas y tantas mujeres han librado antes que nosotras por nosotras, las mujeres del futuro. 

Pero vamos a lo que vamos... Hoy amigas, seguro que os habréis encontrado a un no pequeño grupo de hombres que normalmente muestran su vena machirula en Facebook, o en las relaciones del día a día, celebrando nuestra lucha. Ya, ya veo. Esos hombres que se dedican 364 días del año (365 días en año bisiesto) a llamar a las feministas "feminazis", a ningunear nuestra lucha diaria, nos felicitan por esta misma lucha. Tranquilas, la coherencia no se encuentra en ellos, no podemos esperar más. Os voy a dar un apunte: como Angela Davis dijo mucho antes que yo, el feminismo no es más que la  idea radical de que las mujeres somos personas. Así que antes de querer ridiculizarnos, de acusarnos de querer exterminar a la mitad de la población, antes de cuestionaros las leyes de paridad preguntandoos "y si hay un hombre mejor que esa mujer?, antes de ir afirmando que "en la actualidad ya hay igualdad", parad un momento y coged un libro de texto: cuántos nombres femeninos estudiamos en Historia, por poner un ejemplo? Ahora coged un diario: vaya, una noticia sobre una empresa del IBEX35...cuántas mujeres hay en sus Consejos de Administración? Ahora mirad una noticia sobre un parlamento: están la mitad de los escaños, en representación fiel de como es la población representada? 

Las mujeres feministas sabemos, hombres del mundo, que a muchos os da miedo perder la posición de dominancia que teneis al nacer sólo por ser hombres y porque vivimos bajo patriarcado. Los micromachismos de nuestro día a día impregnan nuestras relaciones sociales, así como el miedo que tenemos algunas a ir solas por la calle a según qué horas por según qué lugares (miedo que no alivian los cuerpos de seguridad del Estado o de Catalunya, sino todo lo contrario), pero nuestra lucha no se detiene, sigue avanzando, porque muchas antes que nosotras lo tenían mucho más difícil y siguieron adelante. 

A lo que voy es que no necesitamos que hoy nos felicitéis por nuestro género, que al fin y al cabo es una construcción social, sino que necesitamos que nos acompañéis los 365 días del año en nuestra lucha, porque aún queda mucho para que el horizonte de la igualdad sea una realidad, para que el único techo de cristal sea el de algunos edificios. 

Feliz lucha, compañeras! 


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